martes, 26 de junio de 2012

El primer beso



Cuando tenía 14 años conocí a un chico, creo que era mayor que Yo Él tendría unos 17 años, era rubio de ojos claros, descendiente de alemanes, de una de las tantas colonias que se asentaron en la Argentina, iba seguido al lugar donde el trabajaba, tanto ir, una mirada por acá, una sonrisa por allá, un día me invito a salir, era el primer chico con el que salía, (si en esos tiempos algunas empezabamos tarde con los chicos) así que acepté, no sabía mucho de chicos y salidas, mis amigas estaban igual y con mi Mamá me daba vergüenza, además imagino que mucho no me podía decir,o eso es lo que Yo creía en esa época, pero Ella me alentó para que fuera, a escondidas de mi Papá que era un muy buen guardabosque para la esos tiempos.

Llegó el domingo, el día de la cita, a las 15 horas en Liniers, era un lugar que nos quedaba cómodo a los dos, todo empezó bien, para mi, hasta que llegó el momento del primer Beso, con el que toda Chica adolescente sueña, pero El Beso no fue eso que veía en las películas en blanco y negro como en “Algo para recordar” con Cary Grant y Deborah Kerr, Él comenzó a mover su lengua dentro de mi boca, la verdad no entendía que estaba haciendo, con los siguientes Besos la cosa comenzó a ponerse más, como les explicó, ya no solo era la lengua dentro de mi boca, el comenzó a lamer mi cara, si como lo leen, una cosa era un beso de lengua pero que lamiera mi cara, eso era mucho para una adolescente en su primer cita.
Se hizo la hora de volver a casa, tomar el colectivo y sentarme, fue algo que me dio tranquilidad, mi cabeza seguía pensando como alguien daba besaba de esa manera,  antes de despedirnos habíamos quedado en vernos el próximo domingo, a la misma hora, en  el mismo lugar, al llegar a casa mi Mamá me pregunto si todo estaba bien, le dije que si, pero la verdad mi primer cita no había sido como lo imaginaba.
LLegó el domingo, subí al colectivo, al llegar al lugar del encuentro segui de largo, en vez de bajarme me acurruque en el asiento, para que no me viera, seguí por dos paradas más y si Él estaba ahí esperándome, se convirtió en el primer hombre que deje plantado; volví a casa, mi Mamá me miró y no dijo nada, creo que en el silencio entendió y Yo no volví más por donde el trabajaba.
Con los años hablando con otras mujeres sobre la primera cita, para algunas fue un fiasco y para otras el cielo.
Por suerte los besos que siguieron fueron mejores, algunos inolvidables, lo más importante no me volvieron a lamer la cara.


Stella Maris Leone Geraci
Artista Plástica - Fotógrafa

E-mail: stellamarisleonegeraci@gmail.com





No hay comentarios:

Publicar un comentario