viernes, 31 de agosto de 2012

Ángel


Andreina salió de trabajar eran  las cinco de la tarde, ese día no quería volver a casa, quería un tiempo para Ella, estaba cansada de la rutina que día a día la llevaban a realizar los mismos movimientos continuos desde hace tantos años,  se casó con Pablo cuando tenía 22, y el 25,  hoy es el día de  su aniversario número veinte, así y todo, no quería volver a casa, no tenía nada planeado para realizar como festejo, otras veces salían a cenar solos, y luego pasaban la noche en un hotel, otras se quedaban solos en casa y los chicos en la casa de su Mamá, esta vez no planifico nada, no dijo nada, cuando se despertó por la  mañana, se levantó como otro día más, preparó el desayuno, despidió a su familia, como todos los días, Pablo no le dijo nada sobre el aniversario, le dio un beso en la mejilla y se fue, recordó en ese momento cuando le daba un beso  apasionado antes de irse a trabajar, ordenó lo poco que quedaba fuera de lugar y se fue a su trabajo, así continuó el día, al salir, pasó por el bar que estaba a mitad de camino entre el trabajo y su casa, decidió entrar.

Sacó su computadora, pidió un café y una porción de  torta de chocolate, se dijo ¿porque no? es mi aniversario (con una mueca de sonrisa en el rostro) mientras leía los diarios por internet y comia la torta, Ángel apoya su mano en el hombre de Andreina, le da un beso en la mejilla, se conocían desde que iban a la escuela secundaria, Ella se sorprendió primero hacía años que no se veían y luego se le iluminó el rostro, Él se sentó a su lado y le dijo - te vi por la ventana, tan concentrada en la pantalla y la torta de chocolate, que me dije, le tengo que dar un beso -, se rieron, siempre lo hacían cuando estaban juntos, cerró su computadora, pidieron otro café y comenzaron a hablar, mientras compartían la torta, cuando miraron a su alrededor, vieron que era tarde, pero no les importo, no le importo a Andreina, hacía tanto tiempo que no la pasaba también, que se quedó sentada al lado de Ángel, en un momento el celular sonó, lo miró y lo dejo sonar, Ángel la miró y le pregunto - no vas a atender -, Ella hizo un silencio profundo y  le contó, lo que le estaba pasando, Él la miró con esa mirada cómplice como cuando eran compañeros de banco y la invitó a cenar; después la llevó hasta su casa, antes de bajar del auto Ángel le pregunto, - ¿queres que mañana nos encontremos a tomar un café y charlar? -, Ella lo miró y le dijo - si -, cuando entro a la casa, todos estaban haciendo sus cosas, solo su hija, le pregunto como estaba, le dijo que la llamó para contarle algo, la llevó a su habitación y le contó como ese chico de la escuela que tanto le gustaba la había besado, Ella la miró con los ojos llenos de lágrimas, Antonella le pregunto - ¿te pasa algo Mamá? -, - no claró que no -, le respondió - me pone feliz por vos -, luego tuvieron una de esas charlas que solía tener con Antonella, y la de hoy llegó un poco más  allá, le habló sobre los sueños y el amor que nunca debía abandonar.

Ya en la habitación por un momento pensó que Pablo le diría algo cuando estaban solos, pero no fue así termino de contestar sus correos electrónicos, apagó la computadora, le dio un beso en la mejilla a Andreina, apago la luz y se puso a dormir, en ese momento se sintió tan sola y pequeña que no podía respirar, se quedo un rato en la cama sin decir palabra, sin moverse, no quería que Pablo notara su pena, se levantó en silencio, fue a la cocina, preparó una taza de té y se quedo sentada en la penumbra, iluminada por  una luz que entraba desde el jardín, ahí su cabeza empezó a pasar lista, y se dio cuenta que en los últimos años fue Ella quien recordó la fecha de su aniversario, Pablo en los primeros años solía preguntarle  -¿que hacemos este año, para nuestro aniversario?-, hacía tiempo que Él no le decía nada y no hacía nada,  ahí en el silencio de la noche, solo interrumpido a veces por los sonidos que venían de la calle, comprendió, que estaba viviendo en una fantasía, de la familia perfecta, el marido perfecto, el amor perfecto, la taza de té se había enfriado y Ella seguía ahí viendo como  su vida pasaba como en esas películas mudas, se hizo la hora del desayuno, lo preparó como siempre, siguió su rutina como la tenía ensayada desde hace tantos años, fue a trabajar pero ese día no podía concentrarse entre el darse cuenta que su vida no era perfecta y encontrarse con Ángel su cabeza saltaba de pensamiento en pensamiento.

Salió antes del trabajo, apago el celular y se fue al bar a esperar Ángel; pero, Él estaba en la puerta esperándola, la miró con una gran sonrisa, le dijo - ¡¿todo bien?!, vamos a otro lugar, más tranquilo -, lo miró, asintió con la  cabeza y ahí partieron, terminaron en un bar frente al río en el Puerto de Olivos, pasaron el resto de la tarde hablando de su vida, Ángel es viudo (hacía unos años un camión, que perdió el control chocó el auto que manejaba su mujer, en el también  viajaba su hija, el dolor se había convertido en su compañero, aunque el se ponía una máscara todos los días para salir a la calle) entre confidencia y confidencia  Ella también le contó su vida, recordaron los años de secundaria, las bromas que Ángel inventaba para escapar de alguna prueba, y así llegó nuevamente la noche, se quedaron un rato mirando el río
Ángel le dijo - te llevo -,
Andreina le pregunto - ¿a donde?
Ángel - a tu casa -
Andreina - ¿mi casa?, ya no se si esa es ¿mi casa?, es un lugar al que voy todos los días, el que cuido, y mantengo como un pequeño castillo naipes para que no se caiga con un viento fuerte, hoy quiero ser el viento que tire abajo ese castillo; ¿Vos podés ayudarme a soplar?
Ángel, la miró a los ojos, hizo silencio, respiro profundo y después le dijo - ¿estás segura de querer ser el viento que tire ese castillo?
Andreina, le tomó la mano, enseguida le respondió - quiero vivir y si vos no me acompañas, busco en otro lugar -, era un pedido de auxilio, que le hacía a la vida, aunque su tono de voz era bajo, su grito era escuchado por el universo.

Se quedaron tomados de la mano, frente al río, hasta que la brisa  fría los envolvió, Él la abrazó con ternura y protección, sabía que aunque podía tenerla, que era el momento, pero no quería que un instante los lastimara para el resto de sus vidas, ya había demasiado dolor en la de cada uno para sumar una noche más,  era tarde para seguir mirando el río, le dijo - te propongo algo, vení a casa, descansas tranquila y después decidís que vas a hacer -, Ella lo miró y asintió con la cabeza, le cedió su cama, le dió una remera para que pudiera dormir,  Él se acostó en el sillón del living; cuando Andreina despertó eran cerca de las 11 horas nunca había dormido tanto, el desayuno estaba listo en la mesa de la cocina, había una nota, que decía: “no quise despertarte, quédate cuanto quieras, si queres irte, cerra, deja la llave en el buzón, yo paso por el bar, si no estás, imagino que estás acá o en tu casa, no te hagas problema, si necesitas algo te dejo el número, besos. Ángel”, Andreina desayuno, revisó su teléfono y vio varias llamadas perdidas, se vistió le dejo una nota: “ voy a mi casa tengo algunas que resolver, cualquier cosa te llamo. Besos. Andreina”.

Cuando llegó a su casa, Pablo la esperaba, la miró fijo y casi gritando le dijo - ¿donde estabas?, te estuve buscando por todos lados, no respondías el teléfono, ¿se puede saber que te paso? -, lo miró, se sentó en el sillón y le pregunto - ¿no sabes que me pasa?, veinte años de un matrimonio en el que cada uno tomó su camino, y no es un reproche,  cuanto hace que no pasamos un tiempo solos, no nos abrazamos para dormir, o salimos a caminar por el barrio tomados de la mano, cuantó hace que no me tomas como una mujer y yo no te tomó como un hombre, cuanto hace que no me acarcias desnuda y yo no pregunto ¿porque? hace tanto tiempo que sostengo para vos y para el resto este castillo cristal en el que los dos fingimos ser los amantes perfectos, el matrimonio perfecto y no se cuanto más, que me olvide de ser mujer, cumplimos veinte años de matrimonio y ninguno de los dos dijo nada, el silencio y la apatía nos gano, se apoderó de nosotros y nosotros no hicimos nada, ¿todavía queres saber que me pasa? -; Pablo se quedó en silencio mirando por la ventana, Ella sentada en el sillón, en algún momento se hizo de noche y los dos seguían en el mismo lugar  en silencio, hasta que Andreina se levantó y le dijo necesito un poco de aire, mi Mamá se puede quedar con los chicos por un tiempo, hasta que vos y yo arreglemos nuestras cosas, fue a la habitación tomó un bolso, puso algo de ropa, llamó a su madre, le explico todo, la madre le dijo - era hora que te quitaras el velo de los ojos, no te preocupes por los chicos, ¿tenes donde quedarte?, - si - le respondió, bajó las escaleras, lo miró a Pablo le dió un beso en la mejilla y le dijo - en la semana te llamo -, Él asintió y le dijo - mañana me llevo mis cosas -.

La noche estaba en silencio, el cielo era de un negro profundo y los cuernos de la luna era lo único que rompía esa negrura,  el viento golpeaba en su cara, caminó unas cuadras, llamó por teléfono a Ángel, cuando Él atendió le dijo - te estoy esperando -; tomó un taxi, llegó a la casa de Ángel, y Él la esperaba en la puerta,  (a lo lejos desde alguna ventana se filtraba la voz de Pavarotti cantando Nessun Dorma) no espero a entrar en la casa,  en ese mismo instante la tomó entre sus brazos y la beso como siempre había querido hacerlo y como nunca lo había hecho, el taxista los miraba por espejo retrovisor mientras se alejaba y pensaba hoy  es una muy buena noche; esa noche Andreina se sintió viva nuevamente y Ángel abandonó su dolor y su máscara.


Stella Maris Leone Geraci
Artista Plástica - Fotógrafa

E-mail: stellamarisleonegeraci@gmail.com





miércoles, 29 de agosto de 2012

Detrás de la puerta


Dejo la ropa preparada para el día siguiente, la cartera, el portfolio, tenía una reunión importante, repaso todo nuevamente y se fue a dormir, sonó el despertador, se dio una ducha, tomó un café, se vistió, tomó sus cosas y salió rumbo a la reunión, donde conocería a Rafael quien le escribió un correo diciendole que estaba interesado en su proyecto, aunque no sabía muy bien quien era Él, se dijo que puedo perder, si el lugar no me gusta, como mucho doy media vuelta y no entró, sólo el madrugón y el tiempo para llegar, cuando Francesca llegó a la dirección que le habían enviado por correo electrónico, era un edificio de veinte pisos en la zona de Puerto Madero, miró el edificio, al guardia de seguridad, y se dijo que hago entró o no entró, esa duda le recorrió el cuerpo, entró se presentó, El Guardia tomó el teléfono, aviso que Ella estaba en la recepción, corto, luego la acompañó hasta el ascensor del fondo, la oficina estaba en el último piso, con entrada privada.

Ella había trabajado en distintas revistas de arte, tenía su propia página en la que escribía, haciendo recomendaciones, subiendo entrevistas, cuando no podía publicarlas en la revista en la que había trabajado, era una apasionada por su trabajo, había estudiado Historia del Arte y un profesor la presentó en la revista en la que publicó su primer artículo.

LLegó al último piso, cuando se abrió la puerta del ascensor una joven la espera, le dijo mi nombre es Claudia, por favor acompáñeme, se sentía en la nubes, más allá de la altura del edificio, el lugar era de ensueño, algo que nunca había visto y se dijo para si, tengo que conseguir el trabajo, llegó a la oficina, aguardó un momento mientras Claudia la anunciaba, ahora si podía pasar, Rafael la recibió, con una sonrisa, un apretón de mano fuerte, era un un hombre de unos 50 y algo, alto, muy elegante, con una mirada penetrante, la invito a sentarse, le corrió la silla, tomó el abrigo de Francesca, lo acomodó en un sillón de la sala,  así comenzaron a hablar sobre la propuesta de trabajo, Rafael quería que Ella formara parte de la revista, renovarla, tener una mirada fresca, ampliar el mercado, le contó que había visto su página, por eso se interesó en su trabajo, quería eso para la revista; además Rafael iba a abrir una galería y Francesca era la indicada para dirigirla, en silencio Francesca escuchaba la propuesta, es su cabeza Ella quería decir que si, ¡¡¡¡ya!!!! y por otro lado pensaba, en lo apuesto que era Rafael, en ese momento Él la miró y le pregunto - ¿que te parece la propuesta?, ¿estás de acuerdo? -, lo miró y le dijo - si, cuando empiezo-, ahora le contestó Él, Francesca sonrió, Rafael le pregunto si estaba apurada, quería que lo acompañara a un lugar, Ella asintió y salió junto a Él.

En el ascensor hablaron de varias cosas, caminaron unas cuadras por Puerto Madero, el sol iluminaba el río, el cielo era de un azul brillante, hasta que llegaron a un local con los vidrios tapados, pero se notaba que había gente trabajando, Rafael la miró y le preguntó - ¿que te parece el lugar para una galería de arte? -, Francesca lo recorrió, vio las instalaciones, el entrepiso, se paró en el medio del salón y le dijo - es perfecto -, en ese momento Rafael la miró, la vio brillar, Francesca es una mujer de unos 40 años, de cabello castaño, ojos oscuros, no pudo, no sentirse atraído hacia Ella, se sintió vivo nuevamente, no quería esperar hasta mañana para estar con  Ella, así que la invitó a almorzar, el almuerzo duro más de lo previsto, se sentía feliz junto a Francesca, de la oficina no dejaban de llamar, la miró y se despidieron hasta mañana.

Francesca mientras volvía a su casa no dejaba de pensar en todo lo que podía hacer, todas las posibilidades que tendría en su nuevo trabajo, también se sorprendió pensando en Rafael, lo apuesto que era y lo bien que lo había pasado en el almuerzo, se dijo no pienses tonterías, se quedó dormida, al día siguiente  cuando llegó a la revista, Claudia le había preparado una oficina que estaba al lado de la de Rafael, una puerta los comunicaba, un florero de cristal con rosas rojas en el escritorio le daban la bienvenida (como el preámbulo de un amor apasionado), Claudia era su asistente, le dijo que la reunión sería en media hora, ordenó su oficina, se sentía nerviosa al saber que una puerta la separaba de Rafael, decidió borrar ese pensamiento y cuando estaba oliendo el perfume de las rosas, Él abrió la puerta, le dijo - buen día -,  le dió un beso en  la mejilla, su corazón se aceleró, tuvo miedo que Él notara lo que le pasaba, Rafael se sentía como un chico que había robado su primer beso; fueron hasta la sala de reunión, la presentó ante el resto de sus colegas, así comenzaron el día de trabajo, siguió trabajando en su oficina, la puerta que los separaba estaba abierta, Claudia la invito a comer, fueron a un restaurante que tenía una cuenta con la revista, hablaron de varias cosas y volvieron a la oficina.

Rafael le pidió que lo acompañara a la galería, ya que Ella se encargaría del proyecto, además era una excusa para estar cerca de Ella, los dos se sentían atraídos mutuamente, pero cada uno guardaba la distancia, así pasaron los días de trabajo el primer número de la revista con su material estaba en la calle y todos hablan de ella, Rafael sabía que el trabajo de Francesca era bueno que había sido una muy buena elección, nunca pensó que además se enamoraría de Ella, su situación personal era complicada, o cómoda depende el punto de vista de donde se lo mire, estaba casado hacía treinta años, tiene dos hijas grandes, la relación con su mujer, cambió cuando sus hijas eran niñas, primero vivieron en cuartos separado y en los últimos años, Ella vivía en el interior del país,  Él siguió viviendo en la ciudad, ¿porque no se habían separado?, lo económico, lo social, al principió sus hijas, ahora ya era una rutina, hasta ahora había conocido varias mujeres con las que tuvo alguna relación, pero ninguna le había tocado el corazón como Francesca, así que cada momento que podía estar con Ella, se sentía felíz, la revista era un éxito y la galería se convirtió en un punto de referencia para el arte, del que todos estaban hablando, esa noche Francesca se quedo trabajando hasta tarde, Rafael volvió a la oficina y la encontró, le pregunto que esperaba para irse a casa, Ella lo miró y le dijo - no quiero dejar esto, pendiente para mañana -, no era la primera vez que Francesca se quedaba hasta tarde, vivía sola, había convivido con alguien durante diez años y cuando quiso formar una familia, el tomó sus cosas y se fue, sólo le quedaba su trabajo, y un perro que la esperaba detrás de la  puerta todas las noches.

Rafael extendió su mano y le dijo - vamos a cenar-, la llevó a un pequeño restaurante en la zona de Devoto, donde podrían hablar tranquilos sin el bullicio de la gente que va y viene, la charla los llevó a hablar de Ellos, se contaron sus intimidades, sus miedos, sus tristezas, al final se tomaron de la mano y se miraron a los ojos, fueron a la casa de Francesca y ahí se amaron como nunca lo habían hecho en su vida, la pasión, la lujuria, el amor, los envolvió esa noche, fue el principio del gran amor que vivirían, la casa de Francesca era su lugar en el mundo, ahí eran uno, desde ese día Francesca recibía todas las semanas un florero con rosas rojas, en la revista conservaban las formas, no se reunían a solas, y las puertas de sus oficinas si ellos estaban solos, siempre estaba abierta, el tiempo pasó y su relación seguía adelante como el primer día en que se amaron.

Era más el tiempo que pasaban juntos en la casa de Francesca, que separados, esa noche Rafael la sorprendió, con un ramo de rosas rojas y un anillo de diamante,  le dijo que hablaría con su esposa, quería que Francesca fuera su esposa, ya no quería seguir ocultando su amor por Ella; pasaron el fin de semana juntos, planificando su vida, lo que harían, le prometió que pasarían su luna de miel en  París,  y luego irían a Venecia, solían viajar juntos pero lo hacían los fines de semana largo o a veces Ella se pedía días y Rafael  se tomaba los últimos, todo para no crear sospechas, sus viajes eran cortos, ahora recorrerán el mundo, por primera vez, llegaron juntos a la oficina, ese día se trataron de otra manera, Rafael llamó a su esposa y le dijo que tenía que hablar con Ella, que esa noche viajaría a verla.

Almorzaron juntos, le dió un beso y le dijo me voy vuelvo en dos días, Rafael había sido piloto comercial, tenía un avión así podía seguir volando, Francesca y Él habían realizados varios viajes juntos, a Él le gustaba volar, esa noche había una tormenta eléctrica, no quiso posponer el viaje, se dijo no es la primera tormenta que veo en mi vida, puedo con ella, la tormenta lo envolvió en su furia, como si fuera una amante despechada, le hizo perder su ruta, los instrumentos comenzaron a fallar,  hasta que un rayo lo toco, en ese momento a Francesca se le estremeció el pecho, sintió un dolor profundo, que no la dejaba respirar, Rafael mientras perdía el control del avión, vio en su mente a Francesca desnuda y plena después de una noche de amor juntos, con esa imágen en su mente, el avión se estrelló en un campo,  la explosión fue tan grande que los pocos habitantes del lugar fueron a pesar de la tormenta, cuando llegaron ya nada podían hacer, el avión ardía en llamas.

Francesca intentaba sin éxito comunicarse con Rafael, hasta que sonó el teléfono de la oficina y pensó que era Él, pero no era así, la esposa de Rafael, llamó  Francesca atendió al oír su voz, el corazón se le paró creyó que la llamaba para decirle de todo, pero Ella pregunto por Él, ahí se le hizo un nudo  en el estómago y le dijo - no, viajó anoche -, Francesca temía lo peor, comenzó a hacer llamadas a todos los lugares que le eran posibles, hasta que alguien le dio la respuesta que no quería; se quedó sentada en la oficina con el teléfono en la mano y las lágrimas comenzaron rodar por su rostro, en eso entra Claudia, le pregunta que le pasaba, Francesca con la voz quebrada le cuenta lo que ocurrió y toda la oficina se sintió hundida en el dolor, un dolor que la abrazaba a Ella, que la ahogaba, y no la dejaba respirar,  se preguntaba ¿porque?, si no hubieran soñado una vida juntos, esto no hubiera pasado se decía, tantos ¿porque? sin respuesta.

Durante el funeral una de las hijas se le acerca, la abraza y le dice al oído - mi Papá te amaba era feliz desde que estaba con vos, nunca lo olvides -, Ella la miro a los ojos y no pudo decirle nada, no tenía palabras que decir, después del funeral, todos volvieron a la revista, Francesca se sentó por un momento, vio la oficina de Rafael vacía y ahí entendió que ya no lo vería más, escribió una carta, ordenó el trabajo, cuando todos se fueron, junto sus cosas las puso en una caja, y dejó la carta en la oficina de Rafael, apagó la luz y se fue.

Fue la última vez que volvió a la revista, a la galería, como hacerlo, si su gran amor ya no estaba, nuevamente solo tenía a su perro esperando detrás de la puerta de su casa.


Stella Maris Leone Geraci
Artista Plástica - Fotógrafa

E-mail: stellamarisleonegeraci@gmail.com
twitter: @stellamleone







martes, 28 de agosto de 2012

Mister Músculo


Una de mis amigas me arrastra al gimnasio con Ella, era un lugar nuevo que habían abierto y a mi Amiga le gustaba conocer lugares nuevos, para conocer hombres nuevos, a mí los gimnasios son los lugares que más me gustan frecuentar, pero como era una promoción, donde iban dos y paga una, así que ahí fuimos rumbo al nuevo gimnasio, el entrenador nos hace una rutina, primero debíamos pasar por este aparato, luego por aquel y después no se por cual, pero ahí estábamos entre aparatos y charla, me resultaba interesante ver el espectro de personas que concurren al gimnasio, están los que van por primera y única vez, como Yo, los que ya son asiduos a recorrer cuanto gimnasio se les cruce por el camino, ya que consideran que deben estar siempre en estado, los que van a conocer gente y no importa el sexo y los que van a conocer gente por sexo.

Cuando ya llegue a mi limite de aparatos y me estaba por dirigir a la ducha mi Amiga me retiene contra mi voluntad, ya le había echado el ojo a uno de los caballeros que se encontraba en el sector de las pesas, cuando  uno los ve como se esfuerzan levantando peso,  siempre me pregunto cuándo se van a romper, Él también le había echado el ojo a mi Amiga así que decidió acercarse con la excusa de ayudarla con el aparato, de gimnasia claro está,  cuando note que la conversación ya estaba en camino, decidí tocar retirada para mi ya habían sido muchos aparatos por un solo día.

Mientras terminaba de arreglarme, llega mi Amiga para contarme que habían arreglado para salir, la mire me sonreí y le dije espero que te pueda levantar el ánimo, como levantaba las pesas.

Después de unos días mi Amiga me llama para contarme como había resultado sus salida con  Mister Músculos y por suerte para Ella el cumplió con las expectativas y más.

Stella Maris Leone Geraci
Artista Plástica - Fotógrafa

E-mail: stellamarisleonegeraci@gmail.com




sábado, 25 de agosto de 2012

En busca de un sueño


Ahí estaba, escondida en un costado de  la terminal de su pueblo, esperando que el micro llegará, había tomado la decisión de irse, para buscar nuevos horizontes, decía que su pueblo ya no le daba nada, que todo era viejo y conocido, Ella quería vivir y sentía que se estaba marchitando en ese pueblo como le decía, así de forma despectiva, su familia, sus amigos, hasta los conocidos le decían que vas a hacer en la ciudad, no conoces a nadie donde te vas a quedar, el miedo a lo nuevo que sentían los demás, pero Ana, sentía que la ciudad era su oportunidad, para tener eso que le estaba faltando, aunque no sabía bien que era eso, un deseo,  un sueño, un trabajo, un amor, necesitaba cambiar de ambiente, varias veces lo había intentado y siempre algo ocurría y no podía subir al micro que la llevara a su destino.

Esta vez se dijo nadie me va a detener, a escondidas fue sacando ropa, de su casa, eligió sus mejores ropas y las dejó en la casa de su amiga Marcela, que aunque no estaba de acuerdo con que se fuera, como buena amiga decidió ayudarla, a escondidas de su mamá, Marcela guardaba la ropa de Ana, un día se fueron caminando hasta el otro pueblo que quedaba a  más de 30 km y compraron un pasaje de ida a la Capital, para que nadie se enterara, volvieron a la noche, Ana escondió el pasaje en una madera de la parte trasera de su ropero, ya todo estaba listo para cuando el próximo micro que pasara por el pueblo, Ella pudiera irse.

Esa noche Ana le dijo a su Mamá que se quedaría en la casa de Marcela, así se termino de llevar la última ropa que vestiría en la Capital, esa noche en casa de Marcela no durmieron, hablaron de los recuerdos de la infancia, de sus sueños, en una valija que Marcela sacó a escondidas de su Mamá, acomodaron la ropa que Ana llevaría a la Capital, no era mucha, pero suficiente para empezar, hasta que encontrará aquello que buscaba, antes del amanecer sacaron la valija de la casa, para que nadie las vea, se levantaron temprano, con la excusa que irían a misa y salieron rumbo a la terminal, por miedo a que alguien las viera y pudiera avisar a su familia se quedaron escondidas hasta que el micro llegó, cuando escuchó por los parlantes la salida del micro Ana y Marcela se unieron en un abrazo, comenzaron a llorar y se prometieron escribir todas las semanas.

Ana subió rápidamente, sin dar tiempo a que nadie pudiera reconocerla, Marcela se quedo en el costado viendo como Ana perseguía su sueño, cuando el micro comenzó su marcha Ella lo siguió con su mirada por la ruta, hasta que se perdió en el horizonte, volvió a su casa, su Madre le pregunto por Ana y le dijo - se fue a buscar su destino -, su Mamá no le llevó el apunte en ese momento y para cuando la familia de Ana, se diera cuenta de su ausencia Ana ya estaría llegando a la Capital, para que nadie le pudiera hacer preguntas a Marcela, sobre donde viviría, habían creado una cuenta falsa de facebook, en la cual las dos hablaban hacía ya un tiempo para no crear sospechas, ya tenían sus frases de esa manera Marcela sabría si Ana estaba bien.

Mientras Ana pensaba en todo lo que haría en la Capital, como todos sus sueños se cumplirian mientras repasaba su lista mental, se quedó dormida, cuando llego era de noche, tomó un colectivo que la dejo en la casa de Raquel, es una mujer de rostro agradable, tiene unos 60 años y en su casa viven varias chicas que vienen del interior, Ella las cuida como si cada una fuera su hija, en realidad Raquel también es del interior, vino a la Capital buscando a su hija que había sido secuestrada por una red de trata de blancas, cuando la encontró ya era demasiado tarde, así que se quedo y tiene un hogar donde les da un lugar para vivir, les consigue un trabajo para que empiecen y también hace de Mamá cuando se sienten solas.

Ana toco el timbre de la casa, Raquel con una sonrisa la saludó, le explico como eran las condiciones para vivir en su casa, la llevó a su habitación, tenía todo lo que necesitaba, una cama, un escritorio antiguo, con una silla, una mesa de luz, una lámpara  y un ropero, compartía el baño con las otras chicas, en su casa era igual, durmió toda la noche.

Al llegar la noche la Madre de Ana se acercó a la casa de Marcela para saber de Ella ya que no la había visto en todo el día, cuando le preguntaron, sólo dijo - se fue en busca de su sueño - el escandolo y los gritos hizo que todos salieran a la puerta para ver que estaba pasando, el Papá de Marcela, puso paño frió a tanta locura, se sentó a hablar con Marcela, le   que le contara todo y así lo hizo, le contó que Ana ya no quería vivir en el pueblo que muchas veces intentó irse y su familia siempre hacía algo para que Ella se quedara, lo miró a su Padre y le dijo - Ana no era feliz acá -, no se si lo será en la Capital pero merece seguir su destino, sabés como encontrarla, para que su familia se quede tranquila, por primera vez le mintió a su Padre, le dijo - no, imagino que me vendrían a preguntar y no quiso decirme -, su Papá la miró a los ojos y supo en ese instante que Marcela sabía más, pero que era fiel a su Amiga y no diría nada, imaginaba que si algo le pasaba a Ana lo diría, salió habló con la Madre de Ana y le dijo - Marcela no sabe nada, esperemos Ella se va a comunicar -, trato de tranquilizar a la familia de Ana, a la noche antes de acostarse la miró a Marcela y le dijo - no voy a decir nada, pero quiero que me digas cuando sepas si Ana está bien, solo eso -, Marcela sintió un nudo en el estómago, pero también un alivio, su Papá entendía.

Por la mañana Ana, le pidió a Raquel utilizar la computadora, había una en toda la casa para que las chicas pudieran navegar en internet, todas tienen un horario de esa manera no había problemas, le dijo claro avisa a tu familia y después veni a desayunar, así lo hizo le dejo un mensaje a Marcela en el muro, se desconecto, se dirigió al comedor y ahí estaban las otras chicas Clara, Patricia, Silvia y Cynthia, todas le dieron la bienvenida, Ana les pregunto donde podía dejar un currículum  en alguna agencia para buscar trabajo, Clara le dio una dirección donde Ella había ido, Patricia le respondió - voy a averiguar en mi oficina, creo que buscan personal -, Raquel miró sonriente como todas tendían una mano, todas salieron para sus trabajos, Ana ayudó a Raquel, compró el  diario y marcó algunos lugares, otros eran para enviar por correo electrónico, así comenzó a buscar su sueño.

Al llegar la noche Patricia le da la buena noticia, mañana venis conmigo a la oficina necesitan una chica para que haga las fotocopias, pero si todo va bien, con el tiempo vas cambiando de sección y progresando, cuando llegó su turno en la computadora, ahí estaba Marcela siguieron hablando en códigos por las dudas, las dos se contaron sus cosas, se dijeron hasta mañana y así fue, al otro día Ana se presentó con Patricia en la oficina, la contrataron a prueba, Patricia llevaba tres años trabajando ahí y estaba a cargo de una sección administrativa, Ana puso su mejor esmero, todos los días hacía lo que le pedían y algo extra, a los dos meses la cambiaron de sección, siguió esforzándose, Ella iba por su sueño y nada la detendría, seguía hablando con Marcela, cada tanto le preguntaba por su familia, ya habían pasado cinco meses de su llegada a la Capital, decidió que era el momento de hablar por teléfono con su familia, puso su teléfono celular en numero privado, para que no lo identificaran, llamó, atendió su Mamá, hizo silencio y le dijo - hola -, su Madre rompió en llanto y enseguida comenzaron los reclamos, los gritos, los reproches  y que la familia la necesitaba, nunca le preguntaron como estaba, si necesitaba algo, solo que debía volver para ayudar a su familia, Ana cortó y se puso a llorar, las Chicas escucharon, los llantos le contaron a Raquel, ahí fue como una Madre con su hija la abrazo, la calmó y la consoló, las otras chicas también fueron junto a Ana y Raquel se unieron en un abrazo y así se quedaron, todas juntas como una gran familia y lo eran  cada una de Ellas tenía una historia y en la casa de Raquel encontraron un hogar.

Había pasado un año, seguía progresando en su trabajo, estaba perfeccionando su inglés para poder cambiar a la sección de comercio exterior, ya tendría sus primeras  vacaciones y volver a su casa no era una  opción, le dijo a Marcela porque no venía, Ella la invitaba así podían estar juntas, hablo con Raquel para pedirle permiso y le dijo - decile que venga, nos vamos a arreglar -, Marcela no sabía que hacer, tenía miedo, igual decidió hablarlo con su Papá, la miró y le pregunto - no es una excusa para irte, ¿me lo dirías? -, lo miró y le dijo - claro que lo diría, quiero verla, vive en una casa de familia y me voy a quedar con Ella, es una semana -, su Papá le dio permiso, pero para no levantar sospechas con su Mamá, para que no dijeran donde estaba Ana, le dijo Yo te llevo, prepara el bolso y salimos temprano el sábado, así hicieron mientras todos dormían salieron en la camioneta, llegaron a la casa donde vivía Ana por la tarde, Raquel los recibió, le mostró la casa y donde dormiría Marcela, le pregunto a Ana si estaba bien y si necesitaba algo, quería saber de su boca que Ella estaba bien, cuando lo supo, volvió para el pueblo, sabía que su Esposa se enojaria, nada que no pudieran remediar con un ramo de rosas y  decirle que todo estaba bien, así fue y las chicas pasaron una semana juntas, hablando de todo, como lo hacían antes, hasta que vino el Papá de Marcela a buscarla y las dos se despidieron, solo que esta vez fue Ana quien se quedo mirando hasta que la camioneta se perdió en la avenida.

Ana fue ascendida a la sección de comercio exterior, hacía tres años que estaba en la Capital y no había vuelto a su pueblo, Marcela en cada vacación viajaba, para estar juntas, ya ganaba lo suficiente para poder mudarse a un departamento pequeño, Raquel la ayudó buscaron algo cerca de la casa, así si necesitaba algo Ella o las chicas podían ir rápido, en el último viaje a la Capital, Marcela volvió distinta, así que su Papá le pregunto que le pasaba, ahora era Ella la que sentía que debía levantar vuelo, quería estudiar en la universidad, creía que podía hacerlo, su Papá que la entendía le dijo bueno, hablemos con Raquel si tiene lugar en su casa, su Mamá al principio sintió miedo pero después, le dijo que si, comenzó a preparar la ropa que Marcela se llevaría, la condición era que debía estudiar, cumplir su sueño y después buscaría un trabajo, así fue, ocupó la antigua habitación de Ana, ayudaba a Raquel con algunas cosas, iba a la facultad y salía con Ana los sábados por la noche, todos los meses sus Padres venían a visitarla, se quedaban el fin de semana y volvían a su pueblo.

Ana comenzó a viajar por su trabajo, seguía estudiando,  se juntaban con Marcela y estudiaban juntas para no sentirse solas, en uno de los viajes Ana conoció a Martín, comenzaron a salir, una noche lo llevó a la casa de Raquel, para Ana era su familia, cuando los Padres de Marcela viajaron hizo una cena, en su casa, con la familia de Martín, para presentarles a su familia del corazón, esa noche Martín le propuso matrimonio, todos celebraron la noticia, la Mamá de Marcela, antes de volver hablo con Ana, sobre el compromiso, la tranquilizó, le aclaró que no diría nada, pero Ella debía viajar y hablar con su familia, Raquel, opinaba igual, así que un fin de semana viajaron con Martín y Marcela a su pueblo, dejaron a Marcela con su familia y fueron a la casa de Ana, cuando la vieron llegar la abrazaron, besaron, se pusieron felices, al ver a Martín, todo cambió, comenzaron los reproches, los cuestionamientos, los Padres de Marcela fueron hasta la casa de Ana, para interceder, pero fue en vano, para Ellos Ana debía cuidar de la casa, de sus Padres y Hermanas y después quizás en algún momento, Ella podría tener su vida, la Mamá de Marcela tomó a Martí
n y Ana, los llevó a su casa, preparó una cena, arregló una habitación para que pudieran descansar los dos, hasta que volvieran a la Capital.


Ya de vuelta, comenzó a preparar la boda, Marcela y Raquel, la ayudaban en todo, los padres de Marcela aportaban lo suyo, para Ana lo más importante el afecto que no tenía de su familia, fue  tan importante, que les pidió que fueran sus padrinos, el Papá de Marcela la llevó hasta el altar, esa noche Ana encontró el final de su sueño, algunos todavía faltaban pero lo más importante, encontró una familia, ya tenía una hermana del corazón, ahora padres del corazón que cuidaban de Ella, como lo hacían con Marcela, Raquel una segunda Mamá del corazón, lo más importante Ella ahora era parte de una familia propia, el médico le confirmó que estaba embarazada.


Stella Maris Leone Geraci
Artista Plástica - Fotógrafa

E-mail: stellamarisleonegeraci@gmail.com



miércoles, 22 de agosto de 2012

La rosa de pasión


Mientras Rossella buscaba en su biblioteca un libro para completar la información que necesitaba, se encontró con el pequeño libro de Rimas y Leyendas de Gustavo Adolfo Bécquer, recordó cuando en la secundaria tuvo que analizar sus leyendas para la clase de literatura, no era el libro que buscaba, pero igual lo tomó en sus manos, se sentó en el piso y comenzó a leerlo, mientras lo hacía, del libro salió como liberándose de tanto tiempo de encierro, un pétalo seco de rosa roja, hojeo el libro y ahí estaba la rosa seca entre las hojas amarillas y las rimas de Bécquer, Dante se la había regalado el día que se conocieron en un evento, al que había ido, donde su amiga periodista recibía un premio por el programa de radio que tenía.

Recordó como Dante tomó la rosa de uno de los centro de mesa, la beso y se la dio, volvió a sentir el mismo rubor en sus mejillas que en ese momento, esa fue la primera de muchas flores que Él le regalaría en su relación y ahí se pregunto ¿relación?, los años habían pasado; en ese momento Rossella sintió que la vida, se le había ido como agua entre los dedos, sentada en el frío piso de cerámica frente a su biblioteca, con el libro abierto, volvió a  leer esas rimas que la enamoraron en su adolescencia, se volvió adolescente otra vez y a viva voz se puso a recitar:

Los suspiros son aire y van al aire!
Las lágrimas son agua y van al mar!
Dime, mujer, cuando el amor se olvida
¿sabes tú adónde va?

Y se sintió llena de vida, siguió recorriendo sus páginas amarillas, los textos marcados, como todos sus libros, tienen su huella, siguió leyendo, y mientras leía, su mente volvió a la noche en que Ella y Dante se conocieron, con ese amor apasionado que los había envuelto en sus brazos, hoy solo era una mueca, una costumbre en la que los dos cumplían un papel de novios eternos, amantes rigurosos y pareja feliz, para quienes los miraban por el cristal rosa que Ellos  habían creado para los demás.

Se preguntó ¿cuando fue la última vez que sintió mariposas en el estómago?, ¿cuando fue la última vez que Dante le regaló una rosa?, ¿cuando fue la última vez que se amaron como si fuera la primera vez?, así como las fichas de un dominó que uno ubica para que caigan una tras otra, así fueron cayendo en su cabeza todas sus respuestas, la vida se le había escapado entre los dedos, como ese pétalo que quería salir del libro, eso sintió mientras leía las rimas, ahora un nudo en el estómago, no la dejaba respirar, se preguntaba donde estaba ese amor en el que había creído, que les había pasado a Ella y Dante, cuando se conocieron navegaban en un océano de pasión, todas las semanas Él le regalaba una rosa roja y Ella le dejaba en la almohada una poesía había escrito, el amor los había hecho su esclavo y Ellos se dejaron esclavizar por el, ¿cuando fue que la rutina se les metió en la piel y el amor se fue por la ventana?.

Siguió repasando su vida junto a Dante, no había sido mala, los dos crecieron juntos, pero su amor, su amor dejo de crecer, volvió a preguntarse ¿cuando fue?, enseguida se pregunto si esto solo le pasaba a Ella o era algo que a los dos les pasaba, como saberlo, ya no recibía una rosa roja todas las semanas, con suerte recibía una en su cumpleaños o en el aniversario y Ella ya no le dejaba una poesía en la almohada todas las semanas, con los ojos llenos de lágrimas, la vista borrosa leyó:

Fingiendo realidades
con sombra vana,
delante del Deseo
va la Esperanza.

Y sus mentiras
como el Fénix renacen
de sus cenizas.

Se pregunto si su amor, si el amor que se tenían podía renacer de las cenizas, cual ave fénix, en ese momento la rosa cayó del libro, como un presagio de que todo estaba terminado y esa rosa roja símbolo de una pasión que hace tiempo no existía, cayó al piso,  en otro momento la hubiera vuelto a poner entre las hojas del libro, hoy nada de esos sentimientos existían; dejo la rosa en el piso, tomó el libro, se levantó del frío piso en el que estaba sentada, se dirigió a la habitación, miró su cama, la que compartía con Dante desde hacía tanto tiempo, y en la que sólo compartía un lugar, el lado derecho de la cama, cada uno de su lado y no mezclados, entrelazados como antes, vio los libros en la mesa de luz de su lado, el cargador de la computadora en la mesa de luz del lado de Dante, se pregunto ¿cuando fue la última vez que durmieron abrazados? sin separarse hasta el otro día y no pudo recordarlo, ahora las lágrimas corrían por su rostro.

Buscó el cuaderno que tiene en su costado de la cama, abrió el libro de rimas y escribió en el cuaderno:

¿Quieres que de ese néctar delicioso
no te amargue la hez?
Pues aspírale, acércale a tus labios
y déjale después.

¿Quieres que conservemos una dulce
memoria de este amor?
Pues amémonos hoy mucho y mañana
digámonos adiós!

La dejo sobre la almohada de Dante, abrió el placard, tomó la valija, sacó su ropa, la guardó, tomó el libro de rimas, pidió un taxi, cerró la puerta y se fue, sin rumbo, a buscar el amor, la pasión que la habían abandonado y la hacía sentir como esa rosa marchita entre las hojas del libro.

* Las rimas que transcribí son de Gustavo Adolfo Bécquer (Escritor Español), quien me acompañó en mis años de adolescencia.


Stella Maris Leone Geraci
Artista Plástica - Fotógrafa

E-mail: stellamarisleonegeraci@gmail.com





lunes, 20 de agosto de 2012

San Valentín tu ruta

San Valentín, tu ruta

El amor, el amor, hacía muchos años que lo conocía pero nunca había hablado con Él, si bien solía cruzármelo; nuestros círculos eran muy distintos, el tiempo paso, lo seguía viendo y  un día me dije tengo que hablar con Él, ya estoy grandecita así que puedo encontrar la forma de encararlo, y así fue, un día lo encontré en un bar al que había ido a trabajar tranquila con mi computadora, para salir un rato de casa, Él estaba tomando un café, trabajando también con su computadora personal, me senté en una mesa cerca a la de Él que estaba vacía,  lo salude, cambiamos un par de palabras de mesa a mesa, todo quedó ahí.

A los pocos días deci volver a ir al mismo bar, antes de entrar me fije por las dudas que estuviera, para así sentarme cerca de Él y si ahí estaba, entre y como quien no quiere la cosa, lo salude, cambiamos un par de palabras, cuando me dirigía a buscar una mesa, me invita a sentarme con Él, por supuesto de trabajar nada, hablamos toda la tarde, cambiamos nuestros teléfonos, nos despedimos, no tardó mucho en llamarme, comenzamos a salir, nos convertimos en novios y amantes felices.

Todo marchaba bien, comencé a participar de las reuniones que organizaba su familia, era tratada como un miembro más,  nosotros seguíamos caminando de la mano del amor, va eso al menos me pareció a mi, en los últimos tiempos Él estaba algo distante, intente hablar con Él pero se escapaba por la tangente como solemos decir, cuando no quieren hablar con una, como se acercaba el día del enamorado que no se porque extraña razón comenzó a celebrarse en Buenos Aires, estoy hablando del año 2000 cuando esta celebración recién  importada comenzaba a tomar la ciudad, creí que era un buen momento para afianzar el fuego entre los dos, esa mañana antes de llamarlo revise mi cuenta de hotmail y me encontré con un correo de Él diciéndome que cortaba la relación, que ya no sentía lo mismo, que se sentía atrapado  y no se cuantas cosas más.

Les juro que leí el correo muchas veces, varias veces, hasta que entre lágrimas, decidí contestarle, que su actitud me parecía de poco hombre, hubiera preferido que me lo dijera en la cara y no por un correo electrónico, creo que fui de las primeras a las que rompieron por este medio electrónico, hoy es algo común, que a una la corten por correo electrónico o mensaje de texto, que en los últimos tiempos se volvió moneda corriente y no se cual de los dos es peor a la hora de romper una relación.

San Valentín se instaló definitivamente como fiesta y desde ese momento, tenga pareja o no decidí pasar de largo ese día, así que San Valentín tu ruta.


Stella Maris Leone Geraci
Artista Plástica - Fotógrafa

E-mail: stellamarisleonegeraci@gmail.com



viernes, 17 de agosto de 2012

Hacer el amor en la ventana


Estaba recién casada, y si bien Las Veredas decían que Mi Vecina unos años mayor que yo, se había quedado para vestir santo, esa frase tan común de escuchar cuando  una paso los 30 y no se casó, porque claro está que una debe casarse a los 20, tener un hijo varón primero y después una niña, eso decían Las Abuelas, que una servía como mujer si tenía un hijo varón primero porque era el que continuaría el apellido, si mi Abuela viviera en estos tiempos y viera que no me case y que no tengo hijos seguro me hecharia de la familia.

Pero volviendo al tema Mi Vecina, después de mucho ir y venir encontró un caballero con quien casarse, así que Las Veredas ahora mascullaban entre escoba y escoba, aunque por lo bajo decían, “hay que ver si la Madre la deja casarse, ya que dice que Él no es un candidato para su hija”; el noviazgo siguió y el día del casamiento llegó, y como era común en esa época, Las Veredas, esperaban en la puerta a que la novia saliera rumbo a la Iglesia, para desearle suerte, seamos sinceros, lo hacían para después criticar el vestido, como si una a está altura no conociera a Las Veredas,  la novia salió subió al auto y Las Veredas se quedaron murmurando entre escoba y escoba.

Volvieron de la luna de miel, nunca entendí el nombre luna de miel ,(jajajaj) podría hacer muchos metáforas sobre el tema, pero hoy no es el momento y claro Las Veredas decían que bien se la ve, rozagante, le brilla la piel y acto seguido me miraron, claro para Ellas yo seguía en la lista, las mire y les dije conmigo no cuenten,  mejor esperen sentadas porque paradas se van a cansar, desde ese día ninguna de Las Veredas me dijo nada de frente, aunque se que entre escoba y escoba murmuran sobre mis visitantes, volviendo al tema, estaba un día en el jardín de mi casa, que es cerrado pero, se puede ver la casa de enfrente que está en un primer piso y entre mi asombro y mi risa, Mi Vecina hacía el amor en la ventana, tenía 2 opciones seguir mirando o no y si, segui mirando acaso quien de nosotros no lo haría lo mismo, al final cuando terminaron, aplaudí por la función.


Stella Maris Leone Geraci
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E-mail: stellamarisleonegeraci@gmail.com



miércoles, 15 de agosto de 2012

No fue por amor


Hacía ya muchos años que conocía a mi Amiga, es bastante mayor que yo, aunque les puede parecer raro, mi círculo de amistades es de un rango de edad muy distinto, no nos vemos siempre, pero nos gusta encontrarnos a tomar algo o almorzar,  hablar de nuestras cosas, un día estábamos hablando de mi relación de turno y como iban las cosas, que ese es material para otro relato.

Mientras le contaba sobre mi relación, Ella me miraba atenta, escuchando en silencio, en un momento me sentí cuestionada, ante su silencio, así que con una parte de mi cerebro le contaba lo que estaba pasando en mi relación y con la otra parte de mi cerebro, me decía para mí, mmmm no dice nada, seguro me está cuestionando, por mi actitud tan abierta; esa cosa que tiene una de cuestionarse ante el otro y estar pensando ahora que me va a decir y como le contesto y bue en todo caso no es mi Mamá,  para darle explicación, eso que tenemos que debemos defender nuestra postura ante todos, así que mi cabeza trataba de hacer el relato con coherencia y por otro buscaba una especie de justificación personal ante mi Amiga, que solo estaba en silencio, escuchando mi relato, mientras mi cabeza hacia sus maquinaciones.

En un momento Ella me mira y me dice, te voy a contar algo, antes de conocer a mi Marido, estaba de novia con otro Caballero, fue el gran amor de mi vida, estuvimos mucho tiempo de novios, Él solía pedirme que estuviéramos juntos intimamente, pero fui criada de otra manera y siempre le decía que no, aunque quería estar con Él, la forma en que me enseñaron pesaba más, mi Amiga viene de un pueblo del interior y eso también jugaba en su contra, en el momento de tomar su decisión, el tiempo paso, me sigue contando, un día lo encuentra a Él con otra mujer, que en palabras de las Abuelas “le dio aquello, que Ella no le daba en casa”, frase machista originadas desde las mismas Mujeres, que seguramente muchas de nosotros escuchamos.

Mi Amiga no pudo sobreponerse a esa situación, se sintió traicionada en ese momento y lo dejo, como les dije al principio de mi relato, Él era el gran amor de su vida; con el tiempo conoció al que fue su Marido, se pusieron de novios, se casaron, cumpliendo con todas las tradiciones impuestas por la sociedad de esos tiempos, si bien su matrimonio fue muy feliz; formaron una gran familia; Mi Amiga me confesó que no se casó por amor que en el fondo su amor le seguía perteneciendo a Él, con el tiempo lo volvió a ver, en la actualidad a veces se encuentran a tomar un café  y siente lo mismo que cuando eran novios.


Stella Maris Leone Geraci
Artista Plástica - Fotógrafa

E-mail: stellamarisleonegeraci@gmail.com