lunes, 6 de agosto de 2012

Marilyn


Marilyn se sentía al borde del precipicio como si desde el abismo alguien la llamara, hacía ya bastante tiempo que su vida se había  complicado, los problemas familiares aumentaron, se quedó sola, sus parejas no fueron lo que Ella soñaba uno la maltrató psicológicamente, el otro la ignoró, cuando creía que había salido de su abismo, los problemas volvieron, aunque siempre intento ver el vaso medio lleno, la falta de trabajo, se fue acrecentando, ahora los problemas económicos  la seguían de cerca, por ahí algún trabajo salía, pero no duraba lo suficiente como para poder saldar deudas.

A pesar de los problemas miraba la vida con una sonrisa y se decía mañana voy a lograrlo, todo eso de las visualizaciones tan de moda en estos tiempos, donde uno debe ser su propio héroe, verse en un trabajo agradable, con un hombre que la ama, lo intentaba, todos los días hacía eso, visualizaba, visualizaba su vida plena, con las cuentas pagas, asistía a charlas gratuitas, armonizaba su casa, creía en Dios....creía en Dios y se enojaba con Él, al punto de decirle en sus momentos de gran rabia - “Dios, andate a la puta que te pario” -, prendía velas, seguía todos los consejos que le daban, pero las cosas no mejoraron, el trabajo visualizado no aparecía en la realidad, las cuentas se acumulaban y sus lágrimas eran cada vez más.

El abismo estaba a un solo paso, solo tenía que saltar, que la detenía, su fe, el mañana,  si no tenía nada, ni a nadie y cada noche pensaba, quizás mañana no me despierte y ya termine con mi sufrimiento, su dolor se había vuelto una constante, ya no recordaba como se sonreía, ya no recordaba si alguna vez fue feliz, no recordaba si alguna vez  se le cumplio algún deseo, el que fuera, de cumpleños, de fin de año, el del huesito de pollo, cuando hizo memoria, pudo recordar que nunca se le había cumplido un deseo, que nunca San Expedito el de las causas justas y urgentes, al que todos le rezan, con gran fé, ya que cumple los pedidos hoy y no mañana,   nunca la había escuchado, así que nunca le cumplió Ella a San Expedito su promesa, para que, si cuanto le pedía y según todos Él escuchaba a Ella no la oía y pensó, quizás, Yo no se pedir.

Y ahí volvió a la carga tratando de leer tanto libro de autoayuda existían, concurría a reuniones donde se les enseñaba como sentirse bien consigo mismo, como sanar desde su interior para estar bien, pero al salir de esas reuniones se sentía igual, una conocida la invito a su Iglesia, esas evangélicas que abundan por la ciudad,  el pastor en un momento les dice a los fieles, que - entreguen el diezmo para poder ser ayudados -, Marilyn se pregunto - que  le entregue los últimos cien pesos que tengo en la cartera, para comprar leche y seré ayudada -,  lo pensó y se quedo con el dinero en la cartera, nada ocurrió, todo seguía igual o peor, quizás era una mujer de poca fé y por lo tanto el Dios Cristiano, el Dios Evangélico no la habían ayudado en su desesperación.

Ahí estaba en su habitación a oscuras acurrucada en la cama, pensando que era el  momento de poner fin a tantas lágrimas, tanto dolor, tantas frustraciones, tantos sueños incumplidos, pensó - si mañana despierto, voy a buscar una salida a todo esto, ya no tengo ganas de seguir , ni fuerza para seguir peleando -, para Ella en todo esto había algo positivo, no tenía familia y sus amigos o mejor dicho sus conocidos, no se preocuparía  por su ausencia, la vida tampoco había sido buena en darle amigos, quienes se acercaron a Ella en alguna oportunidad fueron para obtener un beneficio propio y cuando sus problemas de trabajo empeoraron se fueron alejando de su vida.

Se quedo dormida, al otro día sonó el despertador, se levantó, desayuno una taza de té, un pedazo de pan, acomodó su casa y salió a buscar una salida, tenía cien pesos, así que fue al supermercado lo recorrió, vio las góndolas con los productos de alta gama, que le gustaría probar, siguió de largo, no tenía dinero suficiente para ese sector, llegó a la góndola de las bebidas alcohólicas, eligió un buen espumante, lo puso en el carro, siguió y se detubo en el sector donde están los insecticidas, compró veneno para ratas, fue a la caja, pagó, todavía le quedaba algo de dinero, fue a su casa, puso la bebida en la heladera, se quedo toda la tarde sentada, pensando en nada y en todo, se preguntaba si había una salida y aunque visualizaba un futuro lleno de alegría, al abrir los ojos todo era oscuro, no entendía porque nada de lo que había intentado en su vida, había dado sus frutos, nunca pudo lograr tener un trabajo estable, una familia y........ya no quería recordar cuantas cosas más, otra vez estaba llorando y eso era lo que si recordaba.

Nuevamente llegó la noche y se dijo, - si tengo suerte mañana no me despierto y todo habrá terminado -, siguió llorando hasta que se quedó dormida, esa noche tuvo un sueño dulce, placentero, estaba en un lugar con muchas flores, un cielo azul, el sol calentaba su rostro, por primera vez en mucho tiempo se sintió feliz, tanto que despertó y al despertar todo se puso negro nuevamente, ahí supo que ese era el momento, decidió pasar el día tranquila en su casa, dejo todo ordenado, comio algo que había quedado en la heladera, se dio una ducha caliente, se puso ropa linda, esa que se deja para salir, en algunas ocasiones, esas ocasiones que hacía años no tenía, tomó una copa de cristal, el espumante que había puesto en la heladera a enfriar, y el veneno, bebió varias copas, las saboreo lentamente, podía tomarse el tiempo necesario para hacerlo no había apuro, era su último día y el abismo la llamaba, aunque el ganaría, Ella pensó que debía tomarse su tiempo para saborear una buena bebida, y así lo hizo, cuando sintió el efecto de la bebida  en su cuerpo, tomó el veneno, lo colocó dentro de la   botella, lo disolvió en el contenido que quedaba y comenzó a beberlo en su cama, el dolor de estómago fue fuerte, pero ya no había vuelta atrás, lo bebió hasta el final, cuando estaba haciendo efecto, el teléfono sonó, pero Marilyn estaba en la cama con la copa de espumante en la mano, viajando a ese lugar con flores, donde el cielo era azul y el sol calentaba su rostro.

Después de un mes, la encontraron muerta en su cama, en el teléfono había varios mensajes de una empresa que quería contratarla, para que dirigiera  la oficina de relaciones públicas.


Stella Maris Leone Geraci

E-mail: stellamarisleonegeraci@gmail.com



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