miércoles, 8 de agosto de 2012

Siempre a la misma hora


La Vecina solía recibir una visita siempre a la misma hora, bastante temprano para que algunos demos acuse de recibo, pero no tanto para Las Veredas que entre escoba y escoba ya lo comentaban, aunque una ya conoce a Las Veredas, trata de no darle crédito en todo lo que dicen, no sea cosa, que una quede pegada en un comentario entre escoba y escoba.

Cuando El Marido se iba a trabajar, El Otro entraba y si una estaba atenta a la misma hora se retiraba, si por alguna razón El Marido no se había ido todavía, El Otro pegaba la retirada, pero al menos para mí, cuando esto sucedía era temprano, para confirmar la versión o desmentirla, el tema había adquirido tanta trascendencia, que había cruzado Las Veredas de la cuadra, que no es poco.

Un día cuando volvía a casa, una escena de gritos se estaba dando a pocas puertas y claro Las Veredas que nada se pierden, ahí estaban en primera fila, escoba en mano, observando el drama, La Mujer del Otro vino a reclamarle a La Vecina, que le estaba sacando el marido que eran una rompe hogares y un montón de cosas no aptas para oídos puros y castos, con decir que todos los niños fueron enviados dentro de la casa, para que no presenciaran tal escena.

Y si bien Las Veredas ya miraban con cara de “te lo dije”, para mis adentros, me dije mejor entro en la casa, aunque todos o al menos Yo creí que por un tiempo El Otro no vendría, no fue así, al otro día a la misma hora El Otro hizo acto de presencia.

Después de un tiempo La Vecina, se separó de su Marido y El Otro vino a vivir a la casa.



Stella Maris Leone Geraci
Artista Plástica - Fotógrafa





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